En el negocio de la impresión, la calidad es esencial. ¿Qué calidad producir? ¿Qué calidad espera el cliente? ¿Qué calidad es la adecuada? Las respuestas a estas preguntas no siempre son las que se pudieran esperar. Se puede imprimir con gran velocidad, pero correr el riesgo de que el trabajo se rechace y tenga que rehacer; o imprimir con los ajustes de máxima calidad, lo que limitaría la capacidad de la impresora durante un tiempo innecesario.

Sería fantástico poder imprimir a la velocidad del rayo y al mismo tiempo lograr una calidad nítida, pero en la realidad no es así. De hecho, hacer que la productividad prevalezca por encima de la calidad no es algo malo. A veces es mejor imprimir mayores volúmenes que hacerlo con una calidad ultra nítida.

Calidad frente a velocidad

Velocidad frente a calidad

En primer lugar, ¿qué se entiende por calidad? No se trata solo de la impresora. Independientemente de la resolución, también involucra los puntos por pulgada, la trama de medios tonos o los tamaños de gota. En general, al hablar de la calidad de impresión, nos referimos a la capacidad de la impresora para reproducir una imagen con precisión y claridad.

En términos prácticos, si el trabajo de impresión se ha diseñado para verse a distancia en, por ejemplo, una valla publicitaria, no hace falta centrar todos los esfuerzos en la reproducción del color ni en las gradaciones. En este caso, se puede imprimir a alta velocidad produciendo un gran volumen, manteniendo al mismo tiempo precios competitivos para los clientes y maximizando la capacidad de producción del equipo de impresión.

Este es el motivo por el que cada vez más empresas utilizan la impresión directa con equipos UV-LED para producir trabajos de gran formato en paneles rígidos como espuma rígida, paneles de compuesto de aluminio o plástico corrugado. Una de las ventajas es que, gracias a ese aumento de la velocidad de producción, se puede ofrecer un acabado de impresión de mayor calidad a un precio premium sin ralentizar la producción, comenta Jaume Carrera, gerente de Ventas de Roland DGA para Latinoamérica. Las impresoras UV de cama plana VersaUV de Roland están diseñadas con alineamiento láser, sensores de altura y funciones avanzadas para poder imprimir de forma fácil y eficiente sobre objetos tridimensionales, continúa el ejecutivo.

¿Qué factores afectan a la calidad?

1. Hardware.– Dentro de un taller de impresión, la impresora es el corazón del negocio y una decisión de inversión importante que considerar. Es importante buscar cabezales de impresión de alta calidad con buena reputación por su fiabilidad y durabilidad, garantizando siempre que los inyectores de impresión funcionen correctamente y con precisión.

2. Tinta.- La calidad de la tinta determinará la calidad general de las imágenes impresas, así como su durabilidad. Para garantizar resultados consistentes, se recomienda utilizar solo la tinta certificada por el fabricante del equipo. Si bien las tintas más baratas podrían suponer un ahorro económico a corto plazo, el impacto a largo plazo podría ser negativo para la calidad futura y reputación de un taller de impresión. En tanto que las tintas de mayor calidad ofrecen un mayor rendimiento gracias a la consistencia del color y a un secado óptimo, lo que permite acabar y enviar el trabajo con mayor rapidez.

3. Materiales.- Al igual que ocurre con el hardware y la tinta, el material también es clave. Para trabajos de señalización temporal, se puede optar por una alternativa más económica, pero para soluciones más permanentes, o trabajos de alta calidad para clientes más grandes, merece la pena invertir en materiales que ofrezcan la seguridad de poder mostrar la impresión con la mejor calidad posible. También es importante utilizar el material adecuado para el trabajo y asegurarse de que podrá resistir en el entorno donde se colocará.

4. Resolución de imagen.– Siempre hay que verificar que las imágenes de origen tengan la resolución suficiente, especialmente para aplicaciones de gran tamaño. El texto y las imágenes vectoriales se pueden escalar sin perder calidad, pero las imágenes de trama como, por ejemplo, las fotografías, tienen un límite tras el cual los píxeles se vuelven claramente visibles. En este último caso, también la calidad de impresión más alta puede ser perjudicial y puede mostrar imperfecciones con mucha mayor claridad.

5. Mantenimiento.- No hay que subestimar la importancia del mantenimiento regular y las comprobaciones periódicas. Nueve de cada diez veces, los problemas crónicos de calidad en la impresión se deben a una insuficiente limpieza de los cabezales, y no a causa del propio equipo. Con un mantenimiento rápido y sencillo se pueden conservar los cabezales de impresión y los inyectores en condiciones óptimas sin que se vea afectada la productividad.

6. Calibración.- Realizar una impresión de prueba para comprobar la alineación bidireccional y asegurarse de elegir el perfil correcto de impresión para el material que se utiliza, ayuda a una calibración correcta.

7. Entorno.- En ocasiones, el mayor enemigo de una impresión perfecta no tiene nada que ver con la impresora. El polvo, pelusas y otros contaminantes pueden provocar efectos no deseados al adherirse al material antes de la impresión o después de salir de la impresora. También la temperatura del ambiente puede afectar a la viscosidad de las tintas y provocar fluctuaciones en la calidad. Además, la temperatura y la humedad también pueden generar más estática, afectando a la precisión de la impresión. Una ventilación adecuada y mantener limpia de polvo la sala de impresión y la zona de almacenamiento de materiales, puede evitar dañar la calidad de la impresión.

8. Experiencia.- Si todo funciona como debiera, un error humano puede ser el motivo de obtener una calidad insuficiente. La impresión digital ha hecho que los procesos de impresión sean mucho más sencillos, pero sin la formación adecuada, es fácil olvidarse de algo y obtener resultados de calidad inferior.

Es importante capacitar al equipo en el taller de impresión para que sepan cómo lograr la calidad esperada a la velocidad adecuada. Asimismo, contar con el apoyo del fabricante para conocer las funciones RIP, para ahorrar tiempo, y adaptar el espacio de trabajo, ayudarán a agilizar considerablemente la producción y reducir los errores.