Emmanuel Rojas
Por: Emmanuel Rojas, MBA. Expresidente CONLATINGRAF

Centroamérica es una pequeña franja geográfica con un área de 500 mil kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 50 millones de habitantes; desde Guatemala hasta Panamá con idiosincrasias, realidades y condiciones muy diferentes en los 6 países. Al igual que en México y el resto del mundo la pandemia del COVID 19 ha hecho estragos en su población y en sus ya frágiles economías.

La industria gráfica centroamericana es muy diversa dependiendo de cada país, de sus realidades, fortalezas y debilidades. En el triángulo norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) hay una vigorosa industria textil enfocada al mercado norteamericano. Por tal motivo hay un fuerte nicho de flexografía y material de empaque que complementa ese segmento. Además, son países con mayor población que demandan más volumen de materiales impresos tales como libros, revistas, periódicos, etc.

Al sur de la Región el panorama cambia radicalmente.  Son países con menor densidad poblacional y con industria gráfica menos desarrollada tecnológicamente (Nicaragua y Panamá). Costa Rica tiene una industria mucho más competitiva y diversa enfocada a varios nichos: empaque, comercial, editorial, etc.

Las PYMES y MICROPYMES al igual que casi en todo el mundo han sido esenciales en la Industria, sin embargo y lamentablemente las más afectadas por la coyuntura al no tener músculo financiero ni estratégico que les permita sobrevivir.

La afectación y el manejo de la pandemia también han sido muy disímiles en los distintos países. Muchos contagiados y muertes en Panamá, Guatemala y Honduras. El Salvador y Costa Rica han hecho un mejor manejo de la coyuntura, pero también con serios problemas. Nicaragua es una incógnita; las cifras que presenta el Gobierno no son creíbles y se supone hay un gran drama humano.

Los estragos en la economía no se han hecho esperar con altas cifras de desempleo y un sombrío panorama de futuro. Ya veníamos de años complicados, con economías domésticas pequeñas e inestables. Sociedades muy fragmentadas y desiguales históricamente hablando. El futuro se puede resumir en una palabra: INCERTIDUMBRE.

La Asociación Costarricense de la Industria Gráfica (ASOINGRAF) hizo una encuesta en su sector el pasado mes de mayo con resultados sumamente preocupantes: a un 92% de las empresas se le desplomaron las ventas y el flujo de trabajo; un 68% ha tenido que reducir las jornadas laborales y un 59% ha hecho despidos de personal. Solo el 21% tiene la posibilidad de realizar negocios en línea (ecomerce).

Se hizo consultas a los siguientes empresarios centroamericanos: Tony Hernández (Panamá), Ing. Carlos Rivera (Nicaragua), Ing. Rolando Barahona (Honduras), Nahúm Aguilar (El Salvador) e Ing. Marco Monzón (Guatemala). La tónica es la misma: reducciones dramáticas en las ventas, despidos masivos de personal, economías semi-paralizadas y con grandes restricciones. El común denominador es que hay un sombrío panorama, con la excepción quizá del nicho de Empaque.

No sólo debemos concentrarnos en lo negativo. La industria gráfica centroamericana y de América Latina en general tiene un gran potencial. Hay talento humano muy bien preparado y empresarios emprendedores. Una importante infraestructura de maquinaria, equipo y tecnología moderna. Son países que han demostrado levantarse de las cenizas como el ave fénix; nos hemos sobrepuesto a grandes crisis económicas, guerras y desastres de la naturaleza. Este va a ser un desafío más para las esforzadas empresas gráficas.

Tenemos grandes fortalezas y oportunidades que debemos aprovechar. Dice un popular adagio que la unión hace la fuerza; hoy más que nunca debemos unirnos como sociedad y como gremio. Solo juntos podremos salir adelante. La resiliencia y la capacidad del recurso humano para la nueva realidad que se nos viene son claves en este momento. Como una ley, sobrevivirán quienes mejor se ajusten de manera fuerte e inteligente en la coyuntura. Ese es el reto.

Fuente: ASOINGRAF