Los clientes son, ante todo, personas. Y cada vez tienen más poder. Las marcas han entendido que si quieren crecer, tienen que entender que cada comprador es único. La recomendadora tecnológica ysi… focalizada en ayudar al consumidor a elegir lo que más le conviene, explica cómo funciona la personalización.

El nuevo año se presenta con un escenario diferente en el ámbito tecnológico. Las marcas se han dado cuenta de la necesidad de tratar al usuario como un ser humano y no como un número más en una base de datos.

Personalización, la estrategia más eficaz de las marcas

En este contexto actual, hay una estrategia de marketing que se aúpa por encima del resto: la personalización, un conjunto de acciones que ofrece una cartera de productos y servicios diferenciados para cada cliente. O, lo que es lo mismo, poner el foco en el quién y no en el qué, cediendo el protagonismo de las campañas a los consumidores en vez de a los productos.

La amplia gama de opciones que se les presenta a los usuarios ha provocado que la forma del mensaje haya ido perdiendo atractivo en detrimento del contenido. Llamar la atención no reside tanto en la novedad ni en el impacto, sino en la comunicación con cada uno de los clientes potenciales de una manera única, centrándose en sus gustos y necesidades de forma individualizada.

Para dirigirse a la audiencia con precisión se requiere de una gran cantidad de información sobre un consumidor en particular. Gracias a la nueva ley de la protección de datos, son los propios receptores quienes muestran sus intereses a las empresas para que estas segmenten los contenidos y se lo faciliten de manera detallada, obviando de esta manera todo lo que se podría considerar como spam.

Una táctica eficaz para marcas y usuarios

La personalización no es solo una gran oportunidad para los consumidores, a quienes les otorga el poder para elegir qué tipo de mensaje quieren recibir. Ya no solo se dedican a consumir, ahora son curiosos y participativos, quieren compartir experiencias, valores e historias con la firma.

Es, al mismo tiempo, una oportunidad para las compañías, ya que es una forma de involucrar a los clientes con su cultura empresarial. Indudablemente, esta cercanía incita a un aumento del engagement de los usuarios con la marca que desemboca en un crecimiento de la empresa.

Cada vez más multinacionales han apostado por este modelo de negocio, y en cascada, empresas más pequeñas también.