La madera es uno de los instrumentos naturales más eficientes para secuestrar carbono, de hecho, se almacena en su estructura incluso después que los árboles se hayan talado. Esa madera proviene de nuestros bosques que son poderosos escudos naturales frente a amenazas como el cambio climático siempre y cuando aprendamos a cuidarlos.

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Sabemos que replantar es una acción importante para la naturaleza, para los bosques y la biodiversidad de nuestro planeta, pero olvidamos que es igual, o más importante, proteger con medidas específicas los árboles que ya tenemos para hacerlos fuertes y evitar la deforestación. Y la herramienta más eficaz para conseguirlo es la gestión. Porque pese a los increíbles beneficios ecológicos, económicos y sociales que brindan los bosques, la desforestación continúa a un ritmo sin precedentes. Y su existencia es vital, para, por ejemplo, regular el clima, mantener las cuencas de los ríos con agua limpia o limpiar el aire que respiramos.

El Día Internacional de los Bosques, celebrado el pasado 21 de marzo, ha servido para poner el foco en la necesidad de gestionar los bosques. Al final, un tercio de la superficie terrestre está cubierta por estos ecosistemas. En España, por ejemplo, existen auténticas joyas naturales como los que se ubican en la provincia de Soria y que se consolidan como grandes escudos naturales frente al cambio climático.