En el año 2036 los lugares de trabajo tal como los conocemos hoy en día habrán sufrido una profunda transformación debido a tecnologías y procesos que ni siquiera existen a día de hoy, según ocho de cada diez empleados europeos. Esto se desprende de un nuevo estudio realizado por Coleman Parkes Research, en el que se han entrevistado a 2.200 empleados de toda Europa, de los cuales el 10% eran españoles. En este reciente estudio, se reta a los empleados a imaginar su entorno de trabajo en el futuro, que según los encuestados se prevé que sea más interactivo, colaborativo y simplificado, como resultado de nuevas tecnologías y procesos que permitirán formas de trabajo más innovadoras.

Las conclusiones del estudio ponen de manifiesto la voluntad generalizada de utilizar nuevas tecnologías que puedan mejorar y simplificar la forma en la que los empleados interactúan con sus compañeros de trabajo y con la información. De hecho, los trabajadores de sectores como el financiero, el sanitario, el educativo o el público tienen muy presente las innovaciones que se esperan en los próximos 10 a 22 años. Más de la mitad espera que en la próxima década sus superiores pongan a su disposición innovaciones como dispositivos táctiles interactivos (69%), tecnologías de reconocimiento de voz (60%) y gafas de realidad aumentada (56%).

También pronostican que dentro de los próximos 20 años serán capaces de enviar asistentes virtuales u hologramas (59%) para asistir a reuniones en su representación. Cuando se les exige que hagan previsiones aún más arriesgadas, consideran que a más largo plazo entre estas innovaciones se incluirán drones con capacidad para proyectar presentaciones o visualizaciones, tecnología Bluetooth que transmita datos de cerebro a cerebro y nodos de transmisión, es decir, pequeños dispositivos instalados en el oído que permitan la transmisión de datos de audio y vídeo directamente al cerebro como señales eléctricas.

Sin embargo, a pesar del entusiasmo generalizado y del valor que se le da a un lugar de trabajo evolucionado tecnológicamente, menos de un tercio de los empleados (29%) afirma que su compañía tenga un fuerte interés por crear nuevas formas de trabajo e implantar tecnologías que hagan del futuro una realidad.