Una perspectiva de cien años en sostenibilidad

Las aguas parduzcas y el fondo marino sin vida son cosa del pasado. Iggesund Paperboard, el fabricante del cartón Invercote e Incada, puede destacar en una mirada retrospectiva su extraordinario historial en sostenibilidad. Iggesund Mill inauguró, en 1916, su primera fábrica de pasta, que se expandió hasta convertirse en una fábrica integral de pasta y cartón en 1963.

 

Cuando Iggesund erigió su primera fábrica de pasta en 1916 no había legislación ambiental y las empresas eran virtualmente libres de descargar residuos y sustancias químicas en el aire y en el agua.

Una perspectiva de cien años en sostenibilidad
Anna Mårtensson, directora de Gestión Ambiental de Iggesund Mill

Esto ocasionó un efecto negativo muy pronunciado sobre el medio ambiente durante sus primeros cincuenta años de operación. En 1963 se establecieron los primeros límites para las emisiones, el mismo año en el que, simbólicamente, la bióloga Rachel Carson publicara Silent Spring, su famoso libro sobre la influencia de los pesticidas en la naturaleza, libro que despertó conciencia y que puso los cimientos para el movimiento ecologista de nuestros días.

Desde la década de 1960 ha ido mejorando el efecto de la fábrica sobre el medio ambiente local bajo el impulso de exigencias económicas y ecológicas. En los procesos industriales de hoy en día se usa la madera, la materia prima, de forma más eficiente, con mejor uso de los recursos y reducción en la descarga de material orgánico. Regresar en nuestros días a los niveles de emisión de sustancias químicas de la década de 1950 sería inconcebible; en vez de ello, se recicla más del 99 % de la sustancias químicas derivadas del procesamiento industrial. Desde la década de 1970 las medidas de purificación de agua se han integrado en un proceso de tres etapas de purificación mecánica, biológica y química, casi idéntico al que se usa para producir agua potable.

chart

Las emisiones a la atmósfera de la fábrica han seguido el mismo camino: las concentraciones de azufre acidificante y de nitrógeno eutrofizante se han reducido a tal nivel que resulta difícil documentar el impacto ambiental local que puedan tener.
En los últimos cinco años, Iggesund Paperboard ha invertido también 3400 millones de coronas suecas (o sea, 360 millones de euros o 225 millones de libras esterlinas) para eliminar casi totalmente el uso de combustible fósil en sus instalaciones en Suecia y en el Reino Unido mediante el uso de bioenergía como fuente de energía en sus fábricas de Iggesund y Workington.
En el verano de 2016 Iggesund solicitó un nuevo permiso para sus operaciones. Como primer paso, la empresa se propone incrementar su producción de pasta en unas 40.000 toneladas anuales. Posteriormente, Iggesund Mill desea incrementar dicha producción en otras 40.000 toneladas e incrementar su producción de cartón de 400.000 toneladas a 450.000 toneladas anuales.